LA VIDA TAMBIÉN SE PIENSA...
LA VIDA TAMBIÉN SE PIENSA
Salir,
mirar la Luna, verse reflejado en ella, dejar los miedos atrás. Allí estamos
frente a la conciencia. Nuestro propio espejo, nuestro propio ser, nuestra
propia esencia. Dolorosa, sutil, placentera, conflictiva, pasional, así es
ella, como mejor te sientas. Tu conciencia tiene un potencial infinito. Pero no
distraerse ni con el pasado ni con el futuro. Sólo vivir el presente. Y para
ello, debemos saber observar, simplemente. Como si observáramos nubes en el
cielo. Estar junto a ellas. En esa observación está el conocimiento de todo. Y
debemos relajar nuestra mente, estar presentes, sin búsqueda de nada. Si
practicamos la observación podremos ponernos en el lugar del otro. A menudo, la
conciencia nos deja sin palabras. El dulce fluir de la vida. Y sus voces
primigenias como letanías que gotean en mis oídos, experiencias místicas y
profundas que han dibujado los orígenes humanos y resuenan con ecos alterados
en nuestra conciencia. Por eso hay que pararse, observar y tomar conciencia de
nuestro presente. Porque nuestro presente hace presencia en nuestras voces y en
nuestras letras, con un nuevo comienzo. De la oscuridad a la luz. Porque en el
último tren se regresa a casa, nuestro refugio madre. El poder inefable de la
poesía. La vida también se piensa poéticamente. Tu ángel guardián.
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